Muchas veces confusión, dolor.
Las glándulas parecen ser el soporte físico de la espiritualidad.
Pero la Espiritualidad en sí es un ovillo de experiencias y necesidades.
Absorbemos el exterior, el mundo, lo otro, y lo interpretamos. Esta función nos permite movernos en el mundo real, natural y social con eficiencia.
Tenemos conciencia de nuestros deseos.
Y esos deseos de alguna mágica manera armonizan con los deseos de los demás conformándose una conciencia social.
Si el exterior y el interior no están en consonancia, sufrimos.
Aquí es donde interviene el chamán, guiándonos hacia el abandono del sometimiento al cuerpo físico y a las circunstancias inmediatas; mostrándonos que somos materia sutil y etérea, sin límites más que aquellos que nos imponemos...
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